Tu perfume es la esencia, Del amor que Ella tendrá, Ya que tú la desesperas, En un tibio manantial. Pero luego con sus ojos, No percibe tu mirar, Ya que Ella se da cuenta, Del fantasma de Julián. Y por eso suspirando, Se recuesta en el diván, Con los ojos bien abiertos, Sin parar ya de llorar. Una cosa te aferra, A su vida una vez más, Un pequeño formalismo, Que le diste en navidad. Es tu ausencia la que Ella, Con tu anillo una vez más, Revivencia con paciencia, Y así poder pasar, A un Mi en su vivencia, Ya que Sol no estará, En ese juego de cuerdas, Que admiraba al escuchar.
Ella vive en este encierro, dolorida por demás, es por eso que en el suelo, hoy decide reposar; un intento muy cruento, que reside en su habitar, sin respiro y sin contento, su mirada ha de alzar. En su rostro se percibe, un inmenso manantial, que fluyendo de esos ojos, cristalinos por demás, hoy derrama en desconsuelo, por su intenso malestar, es por eso que despide todo eso que no ha de anhelar.
Comentarios
Publicar un comentario